Hasta el hombre más rico del mundo ha sido presa del hype por Los Anillos de Poder, la nueva serie de Amazon que hace las veces de precuela de El Señor de los Anillos. Elon Musk, se expresó sobre la serie en su cuenta de Twitter, le bastaron tres frases, tres escuetas y sencillisimas frases, para dejar claro que la odia.
«Tolkien se revuelve en su tumba», empezaba diciendo Musk. «Hasta ahora, casi todos los personajes masculinos son cobardes, idiotas o ambas cosas. Sólo Galadriel es valiente, inteligente y agradable». Que cada uno saque sus propias conclusiones sobre lo que está insinuando.
Almost every male character so far is a coward, a jerk or both. Only Galadriel is brave, smart and nice.
— Elon Musk (@elonmusk) September 5, 2022
La de Musk no es la única simpatía que ha perdido Los Anillos de Poder. La serie no parece estar agradando al público y buena muestra de ello son sus números en Rotten Tomatoes e IMDb. En la primera plataforma, la ficción presenta un 39 % de aprobación popular (muy contrastado con el 84 % de la crítica profesional). En la segunda apenas llega al 6.7 de nota media. Para una producción que cuesta 50 millones por episodio (por los veintitantos de su principal rival, La Casa del Dragón), la recepción no parece la deseada. Ha llegado un punto en que hasta Amazon está vetando las reseñas de sus plataformas.
Hasta la Iglesia se opone a Los Anillos de Poder
Pero la cosa no acaba ahí. El ejército de críticos es mayor que el de orcos y hasta se encuentran detractores en la Diócesis de Getafe. Su principal sacerdote se ha desvelado como un fan empedernido de la obra de Tolkien y ha querido impartir un sermón sobre la obra en el que le ha faltado poco menos que excomulgarla. Según él, Los Anillos de Poder «no tiene de Tolkien más que su nombre en los créditos».
Salvo algunos nombres de personajes y lugares, todo está inventado. Todo. Y mira que Tolkien da detalles, historias y personajes de los que se puede hablar…
?— Patxi Bronchalo ن (@PatxiBronchalo) September 4, 2022
«En Tolkien hay bien y hay mal, pero no hay un equilibrio de fuerzas entre ambos. El bien es el único principio que equilibra todo y el mal es el desorden de ese equilibrio, por lo que hay que combatirlo. En la cultura pop se va difuminando cada vez más el bien y el mal. Los buenos no son tan buenos y los malos no son tan malos, y eso es una perversión. Lo peor no es que se peguen patadas al canon, sino que se cambien cosas así y se dé la vuelta a las grandes ideas de fondo», escribió el sacerdote en Twitter.
Fuente: MeriStation