El 2022 fue un mal año para la criptoinversión. Según el último informe de Chainalysis, el año pasado, los piratas informáticos especializados en criptomonedas robaron un total de 3,800 millones de dólares, un enorme aumento respecto a los 3.300 millones de dólares registrados en 2021.
Octubre fue el más problemático, puesto que se sustrajeron 775,7 millones de dólares en 32 ataques separados, según el estudio del que se hizo eco el medio estadounidense CNBC.
La mayoría de ataques se dieron en los protocolos financieros descentralizados, conocidos como protocolos DeFi, que representaron alrededor del 82%, un aproximado de 3,100 millones de dólares del total.
Estos protocolos tienen una serie de códigos que determinan cómo se puede usar la moneda virtual en una red blockchain.
Al final son conjuntos de instrucciones visibles que permiten a los usuarios pedir prestado, prestar o realizar transacciones sin un intermediario, en donde se forma un puente entre ambas acciones. Y ojo: un 64% de los ataques vino específicamente de estos protocolos puente entre cadenas.